La segunda semifinal del Abierto de Australia ha transcurrido conforme al libro: Murray le ha ganado a Ferrer en 4 sets. El momento decisivo ha sido en el segundo set. Después de apuntarse el primero, David estuvo a punto de ganar el siguiente, pero Murray remontó y llevó las cosas a tie-break. Si el valenciano hubiese aguantado y mantenido más la calma, habría ganado este desempate y, probablemente, el partido. Pero perder el tie-break fué desmoralizante y no logró estabilizarse hasta el cuarto set, cuando era muy tarde. Ojo, no podemos reprocharle nada a David; sencillamente, el tenis es así. En estos niveles, con tanta calidad técnica de los jugadores, en definitiva gana quien menos pestañea.
El domingo veremos, pues, una final entre los números 3 y 4 del mundo. A lo mejor resulta un partido más vistoso y emocionante que un Nadal-Federer. Las expectativas mayores están sobre Murray, quien podría convertirse en el primer británico en ganar un Grand Slam en la era open.
En femenino, acaba de finalizar la final entre la china Li y la belga Clijsters, con victoria para esta última. El partido comenzó con una Li arrasadora, que se impuso en el primer set y que comenzó el segundo como un tren. Clijsters ha aguantado e impuesto su veteranía.
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