Que Roger Federer haya vencido ayer al canadiense Milos Raonic, por un 4-6, 7-5, 7-6, en la segunda ronda del Abierto de Tenis de Madrid no tendría que ser noticia, pues pareciera una repetición de lo sucedido en Indian Wells hace casi 2 meses. Sin embargo, no ha sido así. Raonic ha jugado de forma excelente, no sólo con 21 Aces, algunos a 234 kilómetros por hora, sino que ha impresionado por su control, sus golpes ganadores, algunos casi de circo (globos, paralelos, etc). Pero frente a este huracán de fuerza y velocidad, Federer ha impresionado por su persistencia, por la capacidad de resistir la tormenta que le estaba cayendo, sin despeinarse. Al final, su impresionante veteranía y su control mental, han marcado la diferencia. Cuando llegaron a un tie-break final, donde se supone que los buenos sacadores tienen gran ventaja, Federer impuso su calma y Raonic apenas pudo conectar primeros servicios.
Lo que vale la pena resaltar, en conclusión, es que ha sido el mejor partido en lo que va del año: emocionante, con jugadas impresionantes y con dos tenistas empeñados en ganar. Con este tipo de encuentros el futuro del tenis como espectáculo parece estar asegurado.
Cuando hace algún tiempo vaticinábamos el éxito de Milos Raonic, que empezó 2011 como número 152 del mundo y hoy está dentro de los 25 primeros, no nos equivocamos. Pero estábamos totalmente errados en nuestro comentario sobre un posible retiro de Roger Federer en un futuro cercano. Parece haber Roger para rato, por fortuna para este deporte.
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