Viendo a Rafa Nadal recibir el Laureus como mejor deportista del año, por sus innumerables logros durante 2010, y recordando lo que ha conseguido a lo largo de 6 años, desde que en 2005 ganara el Roland Garrós por primera vez, y aunque aún le queda mucho por recorrer (pues en junio apenas cumplirá 25 años), no deja de preocupar qué pasará con el tenis español cuando el número 1 se retire. El problema es que los compatriotas que le siguen en el ranking (Ferrer, Verdasco, Almagro, etc) son todos mayores que él, por lo que no podría hablarse de un relevo generacional, ya que lo más probable es que ellos se retiren también sobre la misma fecha. Sólo nos queda esperar que la Federación y el Estado en general apoyen suficientemente a los de la cosecha siguiente, en particular a los juniors, los que todavía no han cumplido los 18 años. De entre ellos habría que mencionar a Roberto Carballo Baena, Nº 657 del ranking mundial, que en el Abierto de Australia, en su categoría, llegó hasta las semifinales, o a Andrés Artunedo, Oriol Roca Batalla y Axel Alvarez Llamas. Aunque es poco probable que a mediano plazo alcancen los triunfos del Nº1, lo realmente importante, a mi juicio, es que puedan figurar, en bloque, como una nueva Armada Invencible. Al fin y al cabo, si excluyésemos a Rafa, los restantes jugadores de esta generación siguen siendo el mejor grupo a nivel de país del mundo.
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